Se podría decir que la abuela de Aaron es la razón por la cual está metido en el mundo de gastronomía y coctelería. Desde pequeño, él la seguía a todos lados, yendo al mercado, preparando la comida, y leyendo los libros que ella compraba. Además, ella lo impulsó a ganar dinero con su propio esfuerzo: a los 11 años, Aaron empezó a trabajar limpiando mesas en el restaurante del familiar de un amigo en Camaná. Desde ese entonces, el creador del bar Carnaval ya sabía que quería dedicarse a esa industria. Se fue especializando al llevar cursos de cocina y coctelería, pero sobre todo, al conocer gente, culturas, y sabores de todo el mundo. Abrió su bar hace menos de dos años, pero ya ha sido reconocido por los premios Summum 2019 y se ubicó en el puesto 13 del ranking The World’s 50 Best Bars 2019, la única barra peruana que forma parte de esta prestigiosa lista.

“He viajado durante un tiempo importante, lo que me ha permitido formarme como profesional y como persona en el mundo, captando idiomas, riquezas, conceptos. Pude ir a un montón de países, hasta África, donde estuve viviendo un tiempo. Aprendí palabras, platos de comida, religiones, de todo. Entonces, siempre lo que he hecho es soltarlo a través de los cócteles.”